domingo, 30 de noviembre de 2003

La mortadela cuadrada

El otro día tuve que "poner a pensar" a Paco "Fuerte". Normalmente le cuesta mucho almorzar, y nunca quiere terminar su bocadillo. Su madre suele ponérselo demasiado grande, y él protesta. Pero, la mayor parte de las veces, al menos come la mezcla del bocadillo, aunque se deje parte del pan.
El otro día ocurrió lo mismo, como de costumbre. La diferencia era que ni siquiera quería comerse la mezcla. Ya estaban todos los niños en el patio y sólo quedaba él, así que le permití salir con la condición de que terminara de comer la mezcla sentado en el bordillo antes de ir a jugar. Y me prometió que lo haría así.
Fui al lavabo y cuando volví Paco ya estaba jugando, por lo que supuse que había terminado su almuerzo. Después de un rato, cuando iba hacia clase a coger pañuelos de papel para limpiar algunas narices, encontré la mortadela de Paco, en el suelo, tapada con unas cuantas piedrecitas. Decidí concederle el beneficio de la duda. Su hermano también viene al cole, y está en la clase de 5 años, por lo que juega en el mismo patio. La mortadela (cuadrada, y muy particular) podía ser de él.
Me acerqué a Paco y le pregunté "¿terminaste tu almuerzo?" Y él me dijo que sí. "Ven un momento" le pedí. Y, de la mano, le conduje hasta la mortadela semienterrada. La señalé y no dije nada. Él miró, y se quedó con la cabeza agachada.
"¿Qué es esto?" Le pregunté. Él, siguió con la cabeza agachada. "¿Es tu mortadela? ¿La has tirado tú?". Nada. Siguió con la cabeza agachada, sin querer mirarme ni responderme. Así que le dije que tenía que sentarse a pensar (en el sol, eso sí, que hacía mucho frío) y que cuando pensara qué responder, me avisara.
La hora del patio terminó, y Paco no me dijo nada respecto a la mortadela... Además de "fuerte" es un poco cabezota :)

Maestla

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero que simpatico, Paco fuerte, me encanta.
Es que esa mortadela cuadrada argggg.......yo hubiera hecho lo mismo que el, enterrarlaaaaa !!
Jajajajajaja

Pilar Gomez

Maestla dijo...

Pues no te creas, que no tenía mala pinta... Eso sí, sus bocadillos siempre eran inmensamente grandes.